TECNOLOGÍA
Inteligencia artificial

El último meme al estilo Ghibli pone a prueba la infraestructura de ChatGPT: "Nuestros servidores se están derritiendo"

La moda de convertir cualquier imagen en un dibujo con la estética del prestigioso estudio japonés de animación Ghibli obliga a OpenAI a establecer límites a ChatGPT

Ghibli
Un meme viral, transformado con el estilo Ghibli
Actualizado

En los últimos dos días es probable que hayas visto una foto icónica reinterpretada como una ilustración del famoso estudio de animación japonés Studio Ghibli. El intento de asesinato de Donald Trump, una escena famosa de una película o un conocido meme aparecen como un fotograma sacado de El Viaje de Chihiro o La Princesa Mononoke, por citar dos de las películas más famosas del estudio.

Detrás del fenómeno está ChatGPT. Concretamente su última versión, 4o, anunciada a principios de esta semana por OpenAI. Incluye un nuevo motor de creación de imágenes que es particularmente bueno a la hora de mantener la composición original y el texto de una imagen que se use como referencia y no parece tener el tipo de controles de seguridad que generalmente impiden copiar un estilo concreto o mostrar personas famosas.

Usuarios de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, no tardaron en darse cuenta de las posibilidades del nuevo motor generativo y, a las pocas horas de abrirse el acceso al público, la red se llenaba con estas imágenes. En muchos casos se trata de imágenes muy conocidas o escenas icónicas de películas.

En otros, la tendencia ha tomado un giro más oscuro y se ha usado para 'ghiblificar' fotos de los atentados del 11S o momentos históricos como el asesinato de JFK. La propia cuenta oficial de La Casa Blanca lo ha usado para resaltar la agresiva política de deportación de la administración de Donald Trump, con una foto convertida en ilustración al estilo de Studio Ghibli de un oficial de inmigración deteniendo a una inmigrante ilegal de la República Dominicana.

El éxito del meme ha pillado por sorpresa incluso a la propia OpenAI. Sam Altman, su presidente, anunció el jueves que establecerá límites a las cuentas gratuitas a la hora de generar imágenes. "Es muy divertido ver que a la gente le encantan las imágenes de ChatGPT, pero nuestros servidores se están derritiendo", reconoció en un mensaje publicado en X. El propio Altman cambió su foto de perfil a una versión con la estética de Studio Ghibli.

A partir de ahora, los usuarios de la versión gratuita de ChatGPT sólo podrán crear tres imágenes al día y tendrán mucho más limitada la cantidad de imágenes que pueden subir al servicio. ChatGPT también se mostrará mucho más restrictivo con los intentos de copiar un estilo concreto, como el de Studio Ghibli, si se usa el nombre en la descripción, aunque los usuarios de pago de ChatGPT aún pueden obtener estos resultados insistiendo a la ahora de hacer la petición o reescribiendo su petición de forma menos directa.

El interés por generar estas imágenes, y lo bien que la inteligencia artificial es capaz de copiar el estilo de Studio Ghibli, ha vuelto a despertar el debate sobre la propiedad intelectual a la hora de entrenar estos motores generativos.

OpenAI se ha negado a desvelar si usó las películas de Studio Ghibli en el entrenamiento del modelo 4o y si tiene derechos para hacerlo. La compañía ha pedido recientemente al gobierno de los EEUU que permita usar material protegido por copyright para entrenar modelos de inteligencia artificial. Argumenta que los modelos de otros países, en concreto China, no tienen este tipo de restricciones y que EEUU jugará con desventaja si obliga a las empresas de inteligencia artificial a negociar con los diferentes estudios y artistas para el uso del material.

Studio Ghibli aún no se ha pronunciado sobre el fenómeno pero Hayao Miyazaki, cofundador del estudio de animación y creador de este famoso estilo de ilustración, parece tener clara su postura frente al fenómeno de la inteligencia artificial generativa. En un vídeo de 2016 reacciona con tristeza y disgusto ante una animación generada por inteligencia artificial que le enseñan unos estudiantes universitarios. "Nunca desearía incorporar esta tecnología en mi trabajo. En absoluto", les increpa tras reflexionar unos segundos. "Es un insulto a la vida misma".