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Se abre una puerta mágica para un viaje al Medioevo en La Plata

Los organizadores del folclore celta Tuatha de Dannan hablan de la pasión por este mundo de dioses y personas míticas. La conexión con lo lúdico y lo mágico, en un cotidiano urbano. La fusión entre cultura, gastronomía, indumentaria y costumbres de distintas colectividades

Alejandra Castillo

Alejandra Castillo
acastillo@eldia.com

23 de Febrero de 2025 | 02:31
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En pocos días más se abrirá en La Plata una suerte de portal a un mundo fantástico o feérico, como prefieren decir los organizadores, algo así como un viaje al medioevo y a la cultura celta, un territorio en el que conviven dioses de la cultura mitológica irlandesa, hadas, elfos, música, gastronomía y juegos. Sobre todo esto, porque la propuesta invita a conectar con aquello que invade las noches y los días de la infancia en todos los tiempos: la magia ancestral que no se explica, pero nunca se oxida del todo.

Hablamos del Tuatha de Dannan, un festival de folclore celta y cultura medieval que se hará el 15 y 16 de marzo, de 12 a 20, en la República de los Niños. ¿Por qué ese nombre?

Alude a “los últimos dioses que bajaron a Irlanda en la cultura mitológica” de ese país; “son dioses y personas míticas, protagonistas de narraciones y leyendas. La propuesta es que bajaron de nubes blancas y se instalaron en la Isla Esmeralda, que en este caso será el festival” en Gonnet, explica Devlin Belacqua, quien cuando no está ataviada es María Sol Brizuela, egresada de la carrera de Artes Visuales de la UNLP y docente en la Universidad de Lanús. Allí enseña diseño y confección de mochilas, bolsos y alforjas, además de producción creativa de bijouterie, accesorios y tejido medieval.

Según Devlin, cuenta la narrativa que “estos cuatro dioses bajaron a Irlanda y escondieron cuatro tesoros míticos: el caldero del Dagda, con comida siempre abundante; la lanza de Lugh, representada por los deportes medievales; la piedra de Fal o piedra del destino, para hacer conjuros; y la espada de Nuada o invencible”.

Cada uno de estos elementos tendrá su representación en el encuentro de la República: al caldero lo reflejará la propuesta gastronómica, con recetas tradicionales y brebajes de época; la lanza, como se dijo, estará representada con deportes como combate medieval, arquería y esgrima; la piedra, por los artesanos que confeccionan indumentaria, joyas, forja y cerámica con técnicas legendarias; en tanto que la espada tendrá su expresión en un campamento medieval que mostrará cómo se vivía en el siglo X, a cargo de un grupo de recreación histórica.

Los inicios en La Plata

Las ferias medievales tienen un largo camino recorrido en el país, pero en La Plata arrancaron hace diez años –otro motivo a celebrar en los próximos días- por iniciativa de los fanáticos locales que se trasladaban a los eventos que se hacían, sobre todo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y otras localidades del AMBA, en los primeros años de la década del 2000.

Arrancaron con los encuentros temáticos en la Ciudad en 2014, en el Jardín Botánico del Parque Saavedra. Aunque los convocaba la cultura medieval, el foco estaba puesto, sobre todo, “en el folclore celta”, dice Devlin, porque “conecta con la magia de los seres elementales, la naturaleza y un espacio donde unir todas estas pasiones”. La pandemia puso en pausa los eventos, que volvieron con todo en 2021, con el Bosque como escenario.

Birri, que en su vida “urbana” es Juliana Llorca, está a cargo del concurso de atavíos. Aclara que esa palabra es la correcta y no “disfraz”, porque de ese modo representa a seres elementales como dragones, salamandras, sílfides, ninfas, gnomos, duendes y un largo etcétera.

Nacida en Misiones, estudiante de Letras, escritora y maquilladora amateur, cuenta Birri que es “parte de la comunidad del cosplay (contracción de costume play, que significa jugar disfrazado) desde hace 13 años. Todo lo que uso lo hago yo”. Está ataviada con un corset de símil cuero, un tocado fantástico, extensiones y lentes de contacto.

Justamente, en el próximo Tuatha de Dannan (@tuathadedannan.unviajefeerico) estará a cargo del “concurso de atavíos, con otros dos jueces especializados en historias del traje, maquillajes y técnicas de peluquería”.

Stella también se enfunda en atavíos que ella misma diseña y confecciona. Al igual que Devlin y Birri, usa orejas de elfo que siempre lleva en su mochila. Su hijita, Ana Luz, también tiene las suyas.

“Está fascinada con esta movida y quiere estar en todo”, confirma; es que “creció en medio de telas. Yo soy más nueva en este mundo”, aunque recuerda que el primer encuentro al que acudió, en el Bosque, le sirvió para enamorarse de la temática. “Dije éste es mi lugar”.

Lo mismo le pasó a Birri y al resto. Enganchada de niña con el cosplay por los dibujos animados y el animé, su abuela le hacía los trajes, hasta que fue “aprendiendo y hoy trabajo también de esto”, explica. Su primer contacto con el evento del que ahora participa activamente fue en el Parque Saavedra, a donde acudió con sus amigos: “Llegamos y encontramos un mundo mágico. Mi amigo llevó el ukelele, yo canté, bailamos. Fue un momento de unión rara. Y volví todos los años”.

En los testimonios aparecen más de una vez las palabras mundo, magia, comunidad, ideas que maridan muy bien con lo feérico.

“Esa palabra viene de fairies o hadas”, detallan, no sin aclarar que, en irlandés, el término alude a la personificación de todos los seres elementales y no “solamente al arquetipo más conocido, de la mujer bella, con orejitas alargadas”.

“Es la celebración de la niñez, de los 10 años de este festival en la Ciudad y de un mundo mágico”

En cualquier caso, lo lúdico siempre está presente. “Por eso en este evento hacemos una búsqueda del tesoro, con cuatro elementos de Tuatha. La idea es que llenen unas casillas mientras recorren el evento, conocer de la cultura y acercarles a adolescentes y adultos jóvenes a otro mundo”, destacan. No muy diferente, quizás, al de la novela de Tolkien, series como Juego de Tronos o infinidad de videojuegos, pero con el propósito de que salgan, se atavien y lo vivan como protagonistas de su propia experiencia.

Aunque el público objetivo más importante no supere los 25 años, personas de cualquier edad pueden participar de este juego: “También es una búsqueda de un lugar donde expresar el niño interior” apuntan.

Devlin, que de adolescente cosía a mano su indumentaria, hasta que a los 18 años le regalaron la máquina, acompañó a los expositores de los festivales que se hacían en CABA y otras localidades del Conurbano desde 2008. Por fin, con otros platenses decidieron impulsar estos eventos en la Ciudad: “Nos orientamos a la cultura celta porque la cosmovisión no es sólo estética, sino también cultural y la colectividad excede a Irlanda. En la antigüedad incluía a Portugal y España, específicamente a Galicia”, explica. Por eso, agrega, “cuando hablamos de atavíos no solo representamos a un ser elemental o el personaje de una serie, sino también un traje típico histórico”.

Las colectividades

Por tal motivo sumaron a la convocatoria a la colectividad irlandesa de Berisso, a la portuguesa de villa Elisa y al centro gallego de La Plata, que aportará su música tradicional con gaitas y danzas típicas.

“Buscamos que los jóvenes y adultos puedan adentrarse en una suerte de corredor didáctico para aprender de donde viene todo. No es lindo solamente, probablemente les llame la atención porque hay algo ancestral o una búsqueda interior que los convoca”, se entusiasman las organizadoras.

Devlin rescata las palabras comunidad y amistad: “Celebramos el encuentro porque creemos que las personas nos hemos conectamos con este mundo, por la búsqueda de salirnos de lo cotidiano; expresar mi ser en este evento y representar lo que siento o creo que me represente más allá de la vida en la urbanidad”.

Donación
La entrada al festival de folclore celta y cultura medieval Tuatha de Dannan es libre y gratuita. Sí piden la donación de un alimento no perecedero y leche larga vida para la obra del padre Cajade.“Estamos comprometidos con nuestros expositores, artesanos, artistas y con la comunidad con la que convivimos”, explican los organizadores.

 

 

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La cita es el 15 y 16 de marzo en la República de los Niños, de 12 a 20

Stella, Devlin Belacqua y Birri / EL DIA

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